Estambul es una ciudad muy singular. Es el puente entre Europa y Asia. Entre oriente y occidente. Una gran ciudad, culturalmente atractiva y cosmopolita, donde podremos hacer un sinfín de cosas. Desde conocer sus imponentes mezquitas, ponernos las botas a comer kebabs o relajarnos en unos baños turcos. Recorrer sus calles, o viajar a través de los olores y colores de Turquía.
Si viajas a Estambul, una de las mejores cosas que puedes hacer es perderte por el Gran Bazar ya sea para ir de compras o para dar un paseo. Los bazares son uno de los mejores lugares para conocer la ciudad, su cultura y sus gentes. Se encuentra en pleno centro histórico y encontrarás aquí desde zapatos, bisutería, joyas y alfombras.
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No puedes dejar Estambul sin entrar en Santa Sofía, una antigua y hermosa basílica patriarcal ortodoxa que fue convertida en una mezquita y a día de hoy en un museo. Prácticamente enfrente se encuentra la mezquita Sultan Ahmed (también llamada la mezquita azul por los mosaicos de azulejos que se encuentran en el interior).
La mezquita azul es la más importante de Estambul y es realmente imponente. Su cúpula tiene nada menos que 23 metros de diámetro y 43 de altura. Cuenta además con seis minaretes. Cuando se construyó esto llegó a ser un problema, porque la Meca también tenía seis, pero posteriormente en La Meca se construyó un minarete más para marcar la diferencia y evitar las quejas de los fieles.
Otra de las actividades estrella en Estambul es navegar en barco por el Bósforo, el estrecho que separa la parte europea de la asiática. Es una actividad muy turística, pero realmente imprescindible.