Probablemente una de las noticias que más te interesarán como viajero potencial es la que esta semana ha aparecido en numerosos medios de comunicación haciéndose eco de una sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea: los pasajeros de una aerolínea cuyos vuelos acumulen tres o más horas de retraso en relación con la hora de llegada inicialmente prevista, podrán solicitar una compensación a tanto alzado a la aerolínea responsable, siempre que el retraso no se deba a causas extraordinarias.
Se confirma así un fallo jurídico anterior que se había dictado ante el recurso presentado en Alemania y Austria por un grupo de líneas aéreas que intentaban evitar un importante desembolso en indemnizaciones. La cuestión era si se podía equiparar un retraso a una cancelación, como reclamaban los damnificados a las compañías Air France y Condor tras viajar hasta 25 horas más tarde.
La respuesta del tribunal europeo es que sí. El reglamento comunitario de 2004 sobre compensación y asistencia a los pasajeros aéreos por denegación de embarque (en caso de overbooking, por ejemplo) y de cancelación o gran retraso de los vuelos, establecía que las aerolíneas tienen la obligación de prestar asistencia a sus viajeros en caso de retrasos (alojamiento, comida, etc), y a buscarles vuelos alternativos. No decía nada de indemnizaciones.
Ahora un retraso supone algo equiparable a una cancelación, al considerarse que el efecto sobre el pasajero es el mismo: pérdida de tiempo. Hay que tener en cuenta que según el Convenio de Montreal, acordado en 1999 para unificar reglamentos diversos del transporte aéreo internacional, la cancelación de un vuelo obliga a la compañía a una compensación económica> con importes entre 250 y 600 euros.
Eso sí, siempre considerando algunos matices. En primer lugar, el retraso ha de ser superior a 3 horas; y segundo, no deben concurrir circunstancias extraordinarias, o sea, aquellas en las que el retraso esté causado por cuestiones ajenas a la aerolínea, las que no podrían haberse evitado aunque se hubieran tomado todas las medidas razonables.