
Si has realizado algún crucero por el Mediterráneo haciendo escala en Italia para ver Florencia o Pisa, probablemente el barco haya atracado en el puerto de
Livorno. Se trata de una ciudad situada a la altura de Cerdeña, en la región de la
Toscana, cuya historia atestigua un pasado relacionado con la pesca y el comercio gracias a que fue puerto franco hasta 1860.
Esa importancia también le costó sufrir duros bombardeos durante la Segunda Guerra Mundial pero, en fin, la estrecha relación con el mar continúa hoy al ser puerto libre y acoger una academia naval.
Cómo llegar
El puerto queda un poco
alejado del centro de la ciudad. Como además en 2010 se prohibió pasar a los vehículos privados, las compañías navieras fletan
shuttles hasta la entrada para ahí subir a los autobuses y hacer las excursiones. Quien opte por transporte privado puede llegar en taxi hasta la
Piazza Grande, donde se puede tomar el bus municipal número 1 a la
estación ferroviaria, que tiene a los distintos puntos de la región.
Ojo, que el sistema
italiano de transporte urbano tiene diferencias respecto al español. Los billetes, que pueden ser de ida y vuelta, se compran en
kioskos y luego se validan al subir; la tarifa sí es similar. En el caso del tren, el billete se introduce en unas máquinas del andén, de forma similar a lo que hacemos aquí en el Metro. Luego hay hora y media de viaje hasta Florencia pero apenas 15 minutos a Pisa, cuya tarifa es muy barata. Una tercera opción es sacar pasaje para ambos destinos.
Claro que, quien lo prefiera, puede ir por carretera. Es típico coger algún
taxi a la entrada del puerto para viajar en grupo, pues algunos admiten hasta 8 pasajeros. Eso sí, aunque la duración del trayecto es similar, el coste será el doble.
Atracciones turísticas
Obviamente, el atractivo principal de esta escala es visitar las citadas
Florencia y Pisa. Sobre todo la primera, una de las referencias del arte renacentista y que requeriría varios días para verla a conciencia: la
piazza de la Signoria, donde están el
Palazzo y la
Loggia (rodeados con las célebres estatuas de Miguel Ángel, Donatello y Cellini, entre otros), la espléndida
Galería de los Ufizzi, el
Ponte Vecchio, palacios como el Pitti o el Ricardi y, por supuesto, la Catedral de Santa María de las Flores con su magnífica cúpula y junto a la que figuran el
campanile y el Baptisterio con las Puertas del Paraíso.
Pisa es mundialmente conocida por la torre inclinada, en realidad campanario de la Catedral que junto con el Baptisterio forman el recinto más interesante de la ciudad. Pero si ya conoces estos sitios puedes optar por visitar otros pueblos como el encantador
San Gimignano y sus torres, la desconocida
Lucca (patria chica de Puccini) o el propio Livorno, donde nació Modigliani y que está marcada por un Foso Real y varios canales que han dado lugar a un barrio llamado Nueva Venecia.
Destacan especialmente varios palacios renacentistas y la espléndida sinagoga del siglo XVII. Además ha servido de escenario a muchas películas, como
Ben Hur o
El talento de Mr. Ripley.