
Tenerife, la “Isla de la eterna primavera”, ofrece todo tipo de actividades para el visitante, desde playas paradisíacas que se pueden visitar durante todo el año, pasando por los parques más divertidos para unas vacaciones con toda la familia, así como sitios perfectos para una escapada en pareja. Pero una de las características que hace destacar a Tenerife es la gran variedad de paisajes llamativos fruto de su origen volcánico. Te invitamos a descubrir las formaciones naturales más curiosas de Tenerife, un paraíso también para el ecoturismo.
Ubicado en el Parque Nacional del Teide, este valle parece sacado de una postal del planeta Marte. Se trata de la mayor cañada de todo el parque y se creó tras siglos de sedimentación de las cotas más altas, dando origen a un valle erosionado con unas formaciones rocosas espectaculares. Es un lugar donde se pueden apreciar unas vistas muy privilegiadas del Teide.
Cercano al Faro de Buenavista, hacia la zona de Los Silos, se encuentra un extravagante cráter que tiene una abertura con entrada al mar, cubierta por un puente de roca. Según la leyenda popular, se formó después que un rayo cayera en la zona, sin embargo la explicación científica de la erosión o el derrumbe de una cueva es lo más probable. En Sibora, un barrio costero cercano, está expuesto al aire libre el esqueleto de ballena que en su momento quedó varada en la costa.
Otro capricho de la naturaleza y fruto de la erosión, el Arco de Tajao es un impresionante puente natural de unos 30 metros de largo, que curiosamente no tiene ningún tipo de protección oficial. Ubicado al sur de la isla, entre San Miguel de Tajao y La Jaca, se trata de una excursión sencilla de fácil acceso a un paisaje que podría haber sido sacado del Gran Cañón del Colorado.
El Parque Natural de la Corona Forestal, ubicado en el lado este del Parque Nacional del Teide, presenta un entorno geológico moldeado por distintos efectos erosivos creando un paisaje, que como su nombre lo indica, podría asemejarse al de nuestra luna. Este parque es el pulmón verde de Tenerife y es hogar de numerosas especies endémicas de flora y fauna.
Aunque no es propiamente una formación natural, este búnker construido durante la Segunda Guerra Mundial ante un supuesto ataque, está camuflado en una zona de la montaña que ofrece fantásticas vistas a la Playa de las Teresitas. Para llegar hay que coger la calle Cercado de San Andrés (que parte del pueblo del mismo nombre), y luego la calle Pista Militar. Hay que continuar a pie un recorrido por una pista de tierra por una media hora, pero las vistas merecen la pena.
Producto de la caprichosas formas de la roca tras la erupción volcánica de 1706, se encuentran estas piscinas naturales de agua de mar de fácil acceso. Ubicadas en el pueblo de Garachico, en la costa noroeste de Tenerife, es una atracción turística de gran afluencia que se recomienda combinarla con una visita a la colorida arquitectura de Garachico.