
Aún no habíamos hablado aquí de otra modalidad de
alojamiento que reúne calidad, confort, naturaleza y sedes especiales por sus características e idiosincrasia: los
paradores. Y, curiosamente, vamos a empezar con uno que aún no está abierto: el
Parador de Turismo del Castillo, en la localidad murciana de
Lorca, a 75 kilómetros de la capital, Murcia.
¿Por qué? Pues porque Paradores de Turismo de España acaba de anunciar la apertura para el próximo
14 de julio, aún cuando faltan algunos retoques, posponiendo la inauguración oficial para después del verano. No hay una fecha fija (¿septiembre, octubre?), como tampoco se sabe si finalmente acudirá algún miembro de la Familia Real para el evento, como se ha rumoreado. Lo que sí parece clara es la importante inversión realizada, que alcanza los
30 millones de euros, de los que 5 tuvieron que añadirse recientemente para reparar los daños causados por el terremoto de 2011.
Actualmente, aunque todavía se está terminado de instalar la decoración y el mobiliario, la web oficial de Paradores ya permite realizar
reservas en Lorca para no desaprovechar la temporada estival. Habrá
65 habitaciones dobles (más otras 2 de acceso a discapacitados) y
9 suites, así como una piscina cubierta y un
spa equipado con muchos de los servicios típicos: varios tipos de ducha, sauna, baño de vapor,
caldarium, piscina lúdica, cabinas de tratamientos, pila de hielo, cabina
Vichy, etc.
Un túnel llevará a los clientes desde la zona exterior de las murallas hasta el aparcamiento. Además habrá bar, centro de convenciones y acceso
Wi-Fi a internet en todo el edificio. También contará con un
restaurante que se espera sea una referencia turística y gastronómica en la comarca. En total serán 13.500 metros cuadrados que
Turespaña está ultimando para los usuarios.
Un castillo con historia
El Parador del Castillo está ubicado tras los muros de la
fortaleza medieval que domina Lorca desde lo alto de un cerro. Construida entre los siglos IX y XIV, fue escenario de los combates entre cristianos y musulmanes por la Reconquista. Cuando la lucha se decantó por los primeros, el futuro rey Alfonso X los reformó reforzando sus murallas y añadiendo nuevos torreones hasta que alcanzó los actuales 640 metros de longitud por 120 de anchura.
En el siglo XVIII entró en decadencia y sólo recuperó cierta importancia durante la Guerra de la Independencia. Finalmente, en 1931 fue catalogado como
Monumento Histórico Nacional, categoría a la que luego se añadieron otras como
Bien de Interés Cultural. Cuando se decidió transformarlo en un parador dio una nueva sorpresa, aflorando durante las obras los restos de la antigua
judería del siglo XIV, de 5.700 metros cuadrados, que ahora se puede visitar en el sótano.