
La llegada del verano es una invitación a
ir a la playa con los niños. La arena, el mar, las olas... forman un escenario de aventura para que los pequeños se diviertan en contacto con la naturaleza de forma completamente distinta a como lo hacen en casa o en el parque.
No obstante, esos mismos factores que hacen de las
playas el lugar ideal para los juegos más divertidos, entrañan en sí mismos unos ciertos riesgos contra los que conviene tomar unas mínimas precauciones. No dejes que una mala sorpresa arruine tus vacaciones y pon en práctica estos
consejos para ir a la playa con niños.
Elige la playa pensando en ellos
Antes de ir, infórmate de las
características y medidas de seguridad de la playa: las corrientes, fuerza de las mareas y la presencia de “peligros” como medusas son factores que no debes dejar de controlar. Asimismo, asegúrate también de que la playa cuente con
socorrista y un puesto de
primeros auxilios para cualquier emergencia que pueda surgir.
El protector solar, imprescindible
No permitas que tus pequeños paguen tu obsesión por el broceado caribeño. La exposición a los rayos solares es muy intensa incluso en días nublados, y su delicada piel, un órgano que debe durarles toda la vida y es tu deber proteger. Los primeros días recuerda
exponerles gradualmente, por periodos cortos, evitando las horas de mayor intensidad (desde las 12 hasta las 16h, aproximadamente), y siempre con un buen
protector solar con un factor del 25 o del 30, que les proteja de los rayos UVA y UVB.
Siempre con gorrito, y también... ¡gafas de sol!
Cuando los niños juegan, pueden estar horas al sol sin ser conscientes del tiempo que ha pasado, ni de que durante ese tiempo el sol está dando de lleno en sus cabecitas sin piedad, arriesgándose a
sufrir una insolación. Acostúmbrales a llevar siempre puesto el gorro, y también las gafas de sol: quizá te haga mucha gracia verlos así, pero
sus ojos son tan importantes y delicados como los tuyos.
Hidratación y energía
Agua, zumos y frutas como la sandía o la naranja serán tus mejores aliados para que tus hijos se mantengan hidratados durante todo el día. Aunque no puedas evitar acordarte de tu madre, no olvides darles de comer de vez en cuando, además de las comidas principales,
un almuerzo a media mañana y la merienda por la tarde, ¡con tanto juego están quemando muchas calorías!
No les pierdas de vista
No nos referimos solo al mar (se da por hecho que los niños, aunque lleven flotador o manguitos,
nunca deben bañarse sin la supervisión de un adulto), sino también cuando estén jugando en la arena.
Márcales un área de juegos para que no salgan de él y procura tener siempre un ojo encima de ellos, por su seguridad y por el bienestar de quienes comparten playa con vosotros. Por último, te recomendamos acordar con tus hijos un punto de encuentro en caso de pérdida: buscarles entre tanto niño puede ser una tarea realmente larga y tediosa.