
Este 2012 hay un legendario hotel que cumple
cien años. Está en Los Ángeles (EEUU) y es, en efecto, una auténtica leyenda porque en él se hospedaron algunas de las personalidades más famosas del espectáculo. Se llama
Beverly Hills Hotel, aunque es más conocido por el mote que se le adjudicó por el color de sus paredes,
Pink Palace, y se puede encontrar en una de las calles de más resonancia cinematográfica que hay en la ciudad, en el número 9641 de
Sunset Boulevard.
Es posible que te suene su fachada porque ha aparecido en más de una
película, especialmente las de Charles Chaplin, al igual que en 1976 fue portada de un célebre disco de
Eagles, que le dedicaron una canción que aún se puede oir hoy en día:
Hotel California. Otra cosa es que lo elijas para hospedarte, pues su tarifa por noche no es un lujo al alcance de cualquiera, rondando los
1.500 dólares. En cualquier caso, ahora sería la ocasión por las
ofertas que hace con motivo del centenario.
Si eres de los afortunados que pueden permitírselo encontrarás un curioso edificio, de aspecto mediterráneo, rodeado de más de 48.000 metros cuadrados de
jardines, palmeras y setos floridos, cuyos muros exteriores son de
color salmón y verde desde 1948, cuando se decidió pintarlos así para que reflejaran las puestas de sol. Otra opción es conformarse con tomar algo en uno de sus restaurantes, abierto precisamente para que los turistas puedan atisbar algo del clásico
glamour de Hollywood; al fin al cabo los americanos son maestros del márketing.
Su nombre completo es
Beverly Hills Hotel and Bungalows porque a sus 208
habitaciones suma 23
bungalós. Las primeras se distribuyen por 4 plantas y son de varios tipos:
Superior, Deluxe, Premier, Junior Suite y
Suite, a su vez subdivididas en categorías según equipamiento. Los bungalós, de los que la modalidad estrella se incorporó en 2011, la
Presidential Bungalows, eran los favoritos de los grandes del
star system, así como de directores, cantantes y otras figuras de la farándula.
Son 5 los establecimientos dedicados a
restauración y gastronomía que posee, entre restaurantes, cafeterías y bares. De éstos, seguro que te has quedado con la mención anterior sobre Hollywood. Pues bien, hablábamos del
Polo Lounge, que abre al caer la tarde para que lo frecuenten no sólo los curiosos sino también los actores y actrices actuales que suelen acudir a ver sus actuaciones de cantante, piano y guitarra: no te asombres mucho si ves por allí a Rusell Crowe o Reese Whiterspoon, por ejemplo.
El
hotel se completa con un spa que incluye masajes y tratamientos diversos, así como con salones para eventos, con especial atención a las bodas de cuento de hadas que suele organizar. No en vano pertenece a la
cadena de lujo Dorchester Collection, propiedad del fastuoso sultán de Brunei.
Una historia de cine
Pero claro, lo que fascina del Beverly Hills Hotel es su
historia. Diseñado por el arquitecto Elmer Grey para Margaret J. Anderson y su hijo Stanley, abrió sus puertas en 1912 con un concepto de luz natural iluminando todas las estancias que gustó tanto que estrellas del cine mudo como Douglas Fairbanks y Mary Pickford construyeron su mansión al lado. Hollywood empezaba a despegar como Meca del cine y el hotel sirvió de
escenario, como decíamos antes, en rodajes de Chaplin, Harold lloyd o Buster Keaton.
La Gran Depresión de 1929 obligó a cerrarlo pero reabrió 3 años después al ser comprado por William Hernando Courtright, exmagnate del Bank of America, secundado por ilustres nombres del cine como Loretta Young, Irene Dunne o Harry Warner. Desde entonces su
relación con el séptimo arte se volvió casi simbiótica. Allí escandalizó Marlene Dietrich vistiendo pantalones, estableció su hogar Howard Hughes, celebró sus lunas de miel Elizabeth Taylor, aprendió a nadar Faye Dunaway, se hospedaron los Beatles y tocó el piano Whitney Houston, entre muchísimos más que siguen yendo. Tenlo en cuenta si planeas visitar la ciudad.