Están ahí, en silencio. Pasan todas las horas de sol del día en completa discreción, sin hacer ruido, casi escondidos en lo más alto de las montañas o en el final de los paseos marítimos, como si no quisieran ser protagonistas. Pero lo son. Faros de España.
Si estás pensando en hacer un viaje diferente por España que, además, te aporte cosas positivas y que te permita hacer unas buenas fotos para tu álbum de recuerdos, un recorrido por los faros más espectaculares de España siempre puede ser una buena excusa para realizarlo.
Es, probablemente, el faro más conocido de toda España. Su espectacularidad, su historia, y el sitio donde está emplazado hacen de la Torre de Hércules un lugar excepcional y de una belleza incalculable.
Este faro romano fue declarado Patrimonio de la Humanidad el 27 de junio de 2009 y es el faro en funcionamiento más antiguo de todo el planeta. Además, si quieres puedes subir los 242 escalones de la Torre de Hércules y disfrutar de unas unas magníficas vistas de A Coruña
No dejamos el norte de España, porque dando luz a la costa cantábrica se encuentra uno de los faros más especiales de Cantabria. Se trata del Faro del Castillo de Santa Ana, una fortaleza que servía como protección a la villa de Castro Urdiales.
El faro, que empezó a utilizarse en 1853 tiene una altura de 17 metros desde el suelo y de unos 48 desde el nivel del mar. Además, desde mediados del S.XX también se comenzó a utilizar una sirena de niebla instalada en el propio faro y que, en los días de baja visibilidad, se activa emitiendo una vibración con la letra “C” en morse.
Este faro situado también en Cantabria ya no se encuentra en uso, pero su historia y el lugar donde se ubica bien merece una visita. Para llegar hasta él tienes que estar un poco en forma, pues tendrás que subir y bajar más de 700 escalones de forma irregular. Eso sí, podrás encontrar ayuda en la cuerda que hay en un lateral.
Todos estos escalones fueron construidos por presos del Cuartel del Presidio de Santoña a principios del S.XX y ya más adelante, en 2013, presos de la cárcel de El Dueso se encargaron de adecentarlos y arreglarlos para que pudieran ser usados. Si llegas hasta el faro en un día de buenas condiciones meteorológicas, tienes otros 100 escalones extra que te llevan directamente hasta el mar para poderte dar un chapuzón en un lugar idílico.
Quizás no sea el más espectacular de los faros españoles, pero solo por lo que significa merece estar en esta lista. Finisterre fue, durante décadas, el lugar del fin de la tierra, donde, más allá del cabo, no había vida.
Además, el Faro de Finisterre es un lugar bien conocido por los peregrinos que realizan el Camino de Santiago. Aunque muchos de ellos se queden en Santiago de Compostela, el camino finaliza realmente aquí, en el Faro de Finisterre, donde hay que realizar el ritual de quemar la ropa con la que has andado hasta Santiago y, de esta manera, empezar una nueva vida, al menos de forma espiritual.
Allá donde termina el sur oriental de la Península se levanta el Faro del Cabo de Gata, en Almería. Se edificó sobre la ruinas del Monasterio de San Francisco de Paula, por lo que su construcción es relativamente moderna: finales del S.XIX.
Al lado del Faro se encuentra el mirador de las Sirenas, desde se puede observar el Mar Mediterráneo y, en los días con poca bruma, llegar a ver el norte de África.