
Seguro que alguna vez te has visto obligado a atravesar una terminal a la carrera para llegar a la puerta de embarque
a tiempo. Es algo por lo que ha pasado casi todo el mundo, desde los experimentados viajeros frecuentes a los novatos que toman un avión por primera vez, y son varios los factores que pueden llevar a pasar esos apuros. Por eso en este post vamos a echar un vistazo a los cinco errores más comunes que te hacen perder el
vuelo, de manera que puedas prevenirlos en tus próximos viajes.
Olvidar o tener caducados los documentos
Llegas al aeropuerto y cuando en el mostrador te piden el billete descubres con horror que te lo has
olvidado. O el pasaporte. O el DNI. A veces lo muestras orgulloso de haberte acordado para descubrir que ya
caducó y no te sirve. También hay aerolíneas que exigen carnet de identidad a menores aunque la ley local diga que no es necesario.
En resumen,
revisa bien todos los papeles. Mejor días antes de partir, por si debes solicitar renovación de alguno (al menos te darán un resguardo). Y ojo a las fechas: hace poco un amigo estaba convencido de que viajaba un miércoles cuando su billete decía jueves; la confusión estaba en la hora, las doce de la noche, en que cambia el día.
Llegar tarde al aeropuerto
Cuando las líneas aéreas exigen presentarse
dos horas antes del despegue es por algo. Aún así, calcula cuánto tardarás en llegar al aeropuerto, especialmente si tienes que
atravesar la ciudad en hora punta. Conviene informarse también de posibles obstáculos que bloqueen el paso: accidentes, obras...
En algunas grandes ciudades donde no haya Metro, por ejemplo, ir en taxi o bus te puede llevar más de una hora que tienes que sumar a las establecidas por la compañía, especialmente si es una
fecha especial como un puente, Semana Santa, Navidad, el paso de julio a agosto, etc.
Conexiones muy justas
Más de una vez te tocará hacer alguna
conexión, es decir, cambiar de avión durante una escala. Depende de la ruta, pero procura que haya más de una hora de tiempo para ello por mucho que te parezca que tienes de sobra; la aerolínea puede ofertarlo pero luego es problema tuyo si te quedas en tierra.
Ten en cuenta que deberás recoger el equipaje -aunque no siempre-, pasar por los controles y atravesar el aeropuerto de una terminal a otra para volver a facturar, pasar nuevos controles y embarcar. A todos estos procesos súmales que haya grandes
colas y que el vuelo de llegada aterrizara con retraso, y acumulas todos los números para quedarte en tierra.
Problemas durante el check-in
Si puedes haz el
check-in on line, lo que te ahorrará la fila de espera en el mostrador. Más de una vez he visto cómo la aerolínea de turno tenía que abrir mostradores auxiliares precipitadamente porque se echaba encima la hora de embarcar y aún quedaba muchísima gente esperando su turno. Y si por la causa que sea no tienes acceso a Internet, vete temprano; sobre todo si es un viaje de
vacaciones, en un avión grande que viajará lleno y con muchas maletas para facturar.
Recuerda que luego te tocará pasar el control de seguridad, lo que implica desprenderte de cinturón, reloj, gafas, monedas, llavero, teléfono móvil y últimamente incluso la chaqueta. A veces también el calzado. La ley de Murphy dice que, si vas con prisa, seguro que pitará algo en el detector, retrasándote aún más.
Cambios de puerta u horario
Si haces bien todo lo anterior, evitando esos cinco errores, pero luego te despistas y no te enteras de que han
cambiado la puerta de embarque, no habrás conseguido nada. Pocos aeropuertos anuncian ya por megafonía estos avisos, lo que te obliga a consultar las pantallas de información
ad hoc. Esto mismo vale para retrasos y cancelaciones